Aprovecho estas líneas para hacer una reflexión sobre esta costumbre americana y que poco a poco se ha ido incorporando a nuestra sociedad consumista. El Black Friday, es una tradición que se celebra el día después de acción de gracias (que es el cuarto jueves mes de noviembre) y que consiste en que ese día, la mayoría de los comercios, realizan descuentos muy importantes.
Respecto al nombre, deciros como anécdota que el “Friday” es de viernes y el “Black” es porque, se supone, que en esa fecha los números económicos de la empresa pasaban de ser rojos (pérdidas) a negros de recuperación (y ganancias). El origen de toda esta oferta era el negocio online. De esa forma los comercios ofertaban grandes gangas por la red. Al ser vía online los comercios no tenían que pagar a sus empleados de tiendas y ese “ahorro” lo repercutía en el producto con descuentos. Esta era la filosofía original pero poco a poco se ha convertido en un negocio en todos sus formatos y formas de venta. En EEUU este día tiene carácter festivo y muchas empresas lo consideran así dando fiesta a sus empleados que se sumarán a la lista de posibles consumidores.
El éxito de esta campaña es su fecha. Si esta campaña si hiciera mucho antes no tendría éxito porque la gente todavía no tiene mentalidad de regalos pero se hace justo antes de un mes de la campaña de Navidad. Con la ventaja que todos los comercios dan un mes para devolver las compras. De esta forma, si algún regalo no tiene éxito o se quiere cambiar, se puede devolver porque estamos todavía dentro del plazo.
El Black Friday no deja de ser unos días de descuentos de negocios de ventas de aparatos tecnológicos e informáticos. Digo días porque se ha extendido también al jueves, sábado y domingo (debido al gran éxito) incluso al lunes. Este lunes “posterior” se llama CiberMonday que también es otro día remarcado para compras de Internet y cierra el Black Friday. En los últimos años del 2012 al 2015, las ventas superaron en un 75% a las ventas de años anteriores en esas mismas fechas.
Otro aspecto que tenemos que tener mucho cuidado es que las empresas se aprovechan del tema para subir unos días antes los precios y el día del Black Friday hacen los descuentos para dejar todo prácticamente al mismo precio. Además es muy importante leerse la letra pequeña de las ofertas porque este año ha habido múltiples denuncias por este tema.
Aunque no se puede generalizar se recomienda siempre mirar todo con lupa. Chollos puede haber pero hay que buscarlos.
Miremos el siguiente gráfico de la página de la OCU. Aquí podemos ver como las empresas más importantes suben los precios para hacer una rebaja el día concreto y luego después lo vuelven a subir:
Como resumen y conclusión podemos decir que, como se puede ver en el gráfico, hay empresas en las que realmente el ahorro que podemos encontrar durante el Black Friday es casi nulo, aunque si buscamos bien también podemos ver algunas que si lo hacen realmente.
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Especialista en diseño y desarrollo de interfaces.
Profesor en el área de informática en SEAS, Estudios Superiores Abiertos.