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El perfeccionismo es un rasgo de personalidad consistente en que tenemos el convencimiento de que cualquier cosa que hagamos esté extraordinariamente bien, sin admitir algún posible error y con la exigencia de que cualquier decisión que podamos tomar no puede conllevar a una posible equivocación o pérdida.
¿Necesitas que todo lo que haces esté perfecto?
Con este planteamiento, parece que, para una persona perfeccionista, esta tendencia en su forma de pensar y actuar puede serle beneficiosa. Al fin y al cabo, se orienta a disminuir el error y esto, a priori, parece bueno. Sin embargo, todo llevado al extremo entraña problemas y en este caso, puede que también.
Si estamos orientados a un perfeccionismo excesivo, sin querer fallar, puede que demoremos más de lo adecuado la ejecución de una tarea o la toma de una decisión. Además, debido a esa preocupación en no equivocarnos, puede aparecer un nivel de ansiedad que no nos va a garantizar el éxito en nuestro objetivo, sino que en caso de que las cosas no salgan como esperamos, puede llevarnos a la frustración.
El perfeccionismo llevado al extremo suele llevar consigo la aparición de rigidez y excesos de responsabilidad. Corremos el riesgo de no aceptar otras posibles alternativas mostrándonos inflexibles. Y en ocasiones puede que el nivel emocional al que nos lleva ese deseo de no fallar y ser perfectos nos puede paralizar por temor a fallar o por temor a posibles consecuencias si sale todo como hemos planeado.
El ser perfeccionistas también suele conllevar que exijamos perfección a todo lo que hagan quienes están a nuestro alrededor, ya sea nuestra pareja, hijos, amigos, compañeros de trabajo o colaboradores si tenemos un rol de jefe.
¿Es posible detectar este exceso de perfeccionismo?
A continuación, se indican algunas ideas referentes a comportamiento y forma de relacionarse con los demás, donde se podría sospechar que estamos buscando demasiada perfección:
- No aceptan ideas, opiniones y sugerencias de otras personas para hacer algo porque siempre consideran que las propias son las más adecuas y mejores
- Su actuación y decisiones están supeditas a la idea de que no existe margen de error
- Su nivel de exigencia consigo mismo y con los demás es muy elevado
- Son muy competitivos y han de tener todo bajo control
- No es fácil verlos delegar algo en otras personas ya que su creencia es que lo harán mal o no lo suficientemente bien. Ellos siempre lo van a hacer mejor.
- Pueden bloquearse en el momento de tener que tomar una decisión, ya que resulta dificultoso. Tanto análisis antes de actuar, les puede llevar a no hacer nada, incluso.
- Si fracasan en su objetivo, quedan muy afectados
- Cuando están enfocados a algo, les cuesta desistir, aunque se den cuenta de que no saber hacer algo o el objetivo que persiguen es inadecuado.
- Al no tolerar cometer un posible error, a veces intentan anticiparse a que se dé y ello les lleva a dedicar mucho tiempo a las tareas que llevan a cabo, disminuyendo su productividad, si esto ocurre en el ámbito laboral.
Las principales consecuencias que se pueden derivar de este rasgo de la personalidad son ansiedad, frustración, baja autoestima y desconfianza en uno mismo. A nivel laboral, puede conducir a sobrecarga de trabajo y su consiguiente disminución de la productividad. Y a nivel de relaciones (pareja, hijos, amigos, …) puede ser un motivo de desgaste. Alguien excesivamente perfeccionista puede llegar a aburrir y desesperar a quienes conviven con él riesgo de que la final se queden bastante solos en la vida.
¿Y qué hacer si descubrimos que quizás estamos siendo demasiado perfeccionistas?
Los expertos proponen que revisemos nuestras metas, que marquemos plazos realistas en nuestros objetivos y tareas, que aprendamos a delegar, que aceptemos que hay alternativas para hacer cualquier cosa, que valoremos nuestros logros felicitándonos por el resultado y demos por concluido el proceso sin necesidad de continuar con lo mismo, que en nuestra toma de decisiones lo hagamos buscando un equilibrio entre lo posible y bueno, y lo mejor, y que disfrutemos de la imperfección que tiene el mundo, tomándonos la vida “con filosofía”, lo cual nos ayudará a vivir más relajadamente teniendo unas relacionas mucho más satisfactorias con los demás.
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Especialista en optimización y control industrial. Profesor del área de Mantenimiento y Producción en SEAS, Estudios Superiores Abiertos, centro de formación online del Grupo San Valero.