Las memorias de estado sólido actuales pueden dividirse en dos grandes grupos, las memorias ROM y RAM. Las memorias ROM, en origen de sólo lectura, permiten almacenar la información en ausencia de alimentación. Las memorias RAM por el contrario han de permanecer alimentadas para que la información siga presente.
La manera en que ambas memorias almacenan la información también difiere. Mientras que en una ROM el dato digital (1 ó 0) se almacena mediante la conducción o no conducción de cada celda básica, en una RAM los datos se almacenan en forma de tensión.
En la actualidad las memorias más comunes son las flash, evolución de las memorias ROM y cuyos principios básicos de funcionamiento derivan de éstas. Aunque sus prestaciones son muy superiores a las originarias ROM de máscara, que sólo podían ser escritas en el proceso de fabricación.
Con la misma finalidad que se desarrollaron las ROM, se está investigando en memorias basadas en ADN. La aplicación de estas memorias, al menos de manera inicial, es almacenar grandes cantidades de información durante mucho tiempo. No se trata de una memoria para distribución, sino para almacenar datos importantes durante periodos de tiempo muy largos, superiores a cientos de años.
Evidentemente la manera en que se almacena la información en el ADN difiere de cómo se almacena en una ROM. Una hebra de ADN está formada por una cadena de nucleótidos formados por adenina (A), timina (T), citosina (C) y guanina (G). Como disponemos de 4 nucleótidos y en un sistema digital sólo de dos valores (1 ó 0), se utilizan dos nucleótidos para cada valor. Adenina o citosina para el ‘0’ y timina o guanina para el ‘1’.
La capacidad de usar dos nucleótidos para el mismo valor se utiliza para sintetizar hebras de ADN que tengan mayor protección frente a errores, al evitar que ciertos datos puedan repetirse varias veces en el mismo nucleótido. Por otra parte se siguen utilizando sistemas similares a los digitales para la protección de datos en las cadenas de ADN, así como sistemas de encriptación. También estructuras de encapsulación en clúster, con cabecera, tamaño de la información, datos y CRC.
La información no se almacena en una sola hebra, ya que sintetizar hebras largas ocasiona problemas actualmente. Se crean diversas hebras cortas que se almacenan en una bacteria, a su vez las bacterias también se agrupan. Procediendo de esta manera se pueden almacenar actualmente 2TB en 10 gramos de bacterias.
Además del interés por la capacidad de almacenar información, la industria se está interesando por esta tecnología por la capacidad de poder firmar animales o plantas modificados genéticamente. Utilizando cadenas encriptadas mediante este sistema en la secuencia genética de células vivas, las empresas pueden identificar sus patentes.
Post publicado: Jorge García
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