La felicidad produce productividad: Actitud positiva ante el trabajo

Tras los estudios recientes realizados en base a las encuestas de clima laboral que han rellenado los empleados de un amplio número de empresas, ha destacado un dato muy generalizado. Existe un alto nivel de descontento en la plantilla en relación a sus jefes directos. Esta circunstancia se podría expresar en la realidad de muchas maneras, pero quizás lo podríamos resumir en una frase: “los trabajadores no se van de las empresas, más bien huyen de sus jefes”. Quizás deberíamos añadir a esta afirmación, “si pueden” dado cómo están los tiempos en que vivimos.

Los que tenemos por jefes, según las encuestas, se centran excesivamente en el corto plazo y en la obtención inmediata de resultados. Tanta exigencia en los resultados rápidos parece que está generando en los trabajadores la percepción de que no se desarrollan como personas y profesionales en el trabajo. Esto enrarece el clima laboral y en general puede generar un elevado nivel de insatisfacción.

Randstad ha presentado un informe recientemente basado en las respuestas a una encuesta realizada a más de 8000 trabajadores con la franja de edad que va de los 18 a los 65 años (intervalo de edad en que se encuentra la mayoría de los trabajadores, hablando en términos generales).

Con respecto a los jefes, solamente un 1% de los encuestados indicó que preferían uno que ejerciese el poder de una forma autoritaria. El 24 % propuso la honestidad como la cualidad que más valoraban en su jefe ideal. Un 13 % preferían la fiabilidad y otro 13%, la sinceridad.

A la luz de estos datos, parece que las preferencias mostradas en el estudio ofrecen un perfil muy concreto de jefe.

Según otro estudio, en este caso realizado en la Universidad de Warwick, la felicidad es un factor que genera más productividad en el ámbito laboral en los trabajadores. Incluso el estudio se atreve a dar resultados numéricos ya que, con su estudio de laboratorio, dedujeron que un trabajador feliz es un 12 % más productivo que otro que no lo es.

Y además, del mismo análisis se concluyó que los trabajadores son tanto más felices en su trabajo cuanto mayor es su grado de percepción de que están utilizando de forma adecuada el tiempo. De hecho, si se sienten bien, aumentan el ritmo útil de trabajo sin que ello conlleve el riesgo de bajar el nivel de calidad con el que actúan.

Planes de acción en las empresas para aumentar la felicidad de sus trabajadores

En nuestra sociedad ya podemos encontrar planes de acción en empresas que buscan aumentar nivel de satisfacción y felicidad entre sus trabajadores. En la cervecera Damm están trabajando en un programa especial para instaurar la jornada intensiva para todos sus trabajadores. Los pioneros en España fueron Iberdrola en Madrid. 9000 trabajadores trabajan en jornada continuada desde 2008. En estos seis años han reducido el absentismo en un 20%, mejorando la productividad y ganando más de 500.000 horas anuales. Pero no solo esto. Han logrado disminuir en un 15% su número de accidentes laborales.

Hablando de siniestralidad, de accidentes y de enfermedades profesionales, algunas empresas estadounidenses están poniendo en marcha planes para combatir la obesidad de sus trabajadores. El motivo es tanto económico como “humano”.

El que los trabajadores con sobrepeso alcancen un peso normal puede llegar a suponer un ahorro de un 9% en los gastos que tienen las compañías en salud y en pérdidas de productividad por enfermedades relacionadas con el sobrepeso. Actualmente más de un tercio de las empresas americanas ofrecen programas que alientan a sus trabajadores a bajar de peso. En el año 2015, un 7% más de las empresas estadounidenses pretenden implantar también estas medidas. E incluso algunas aseguradoras proponen descuentos en seguros de vida a aquellos empleados que sigan uno de estos programas. Los trabajadores ganan algo más que salud.

Ser feliz en el trabajo ¿Es posible?

Pero seamos sinceros por un momento. ¿Podemos ser felices en el trabajo? Hagamos un cálculo: 40 horas por semana y 50 semanas suponen 2000 horas que trabajamos al año. ¿Puedo intentar ser feliz en el mayor número de esas horas? Y aún más, aunque mi empresa no haga grandes esfuerzos por aumentar mi grado de satisfacción, ¿puedo tratar de estar más contento por mí mismo?

Hay muchos artículos, recomendaciones, libros,… La mayoría de ellos se enfoca hacia algo común: mantener una actitud positiva. El gran consejo es que debemos aprender día a día a tener una mejor actitud hacia el trabajo.

A continuación, adjunto algunas claves propuestas por expertos en la materia y que quizás podrían ayudarnos a ser más positivos en el trabajo, ocurra lo que ocurra. Ojalá sean de tanta utilidad para el lector como lo han sido y lo son para mí:

• Levantarnos con una sonrisa cada mañana
• Valorar de forma adecuada el trabajo. Tener claro si trabajo para vivir o si vivo para trabajar. Lo ideal sería que mi pensamiento fuese el primero de los anteriores y que intentase sentirme afortunado de tener ese trabajo.
• Exprimir cada minuto de la jornada laboral. Cierto que puede haber rutina en nuestro día a día en el trabajo, pero le podemos dar la vuelta a este pensamiento. Estamos con personas con quienes podemos aprender, conversar, enriquecernos con experiencias,… Esto significa nos proporciona un desarrollo personal y profesional que hace que no nos quedemos estancados. Y hemos de aprovechar esa oportunidad al máximo.
• Vivir con ilusión la jornada laboral. Encontrar esa ilusión y esas ganas que sentimos el día que aceptamos el trabajo que estamos llevando a cabo. Tenía sentido en ese momento para nosotros y por ello nos embarcamos en esta aventura. Era algo importante y merecía la pena ¿Por qué ha de ser ahora de otra manera?