Fuente de imagen: https://www.un.org/es/observances/water-day
¿Qué estamos haciendo con el agua?, esta es la pregunta que nos cuestionamos cada 22 de marzo, día internacional del agua, en el que ponemos en foco en este preciado recurso del que depende la vida y supervivencia de todo ecosistema.
Conocidas a nivel mundial son las gravísimas consecuencias de un consumo irresponsable, escasez, pobreza, hambre, conflictos, aumento de enfermedades, destrucción de biodiversidad y mortalidad, que desde hace décadas afectan a muchos puntos geográficos del planeta.
Como resultado de los numerosos estudios e investigación que se ocupan estos problemas, muchos son también los planes y estrategias hidrológicas planteadas y puestas en marcha con mayor o menor éxito.
Socialmente existe una gran conciencia respecto al uso y consumo responsable del agua y, la necesidad cada vez más creciente de mantener estos hábitos de consumo que permitan preservar este recurso. Sin embargo, hasta que no nos ponemos las gafas de ver de cerca y padecemos algunas de estas consecuencias, no somo conscientes de que como dice la canción de Jarabe de Palo, “Agua y sed, serio problema”.
Es evidente que muchas son las personas que día a día sufren y conviven con las consecuencias de una mala gestión hídrica, escasez y restricciones de agua, la inundación de hectáreas de cultivo e incluso de poblaciones, lo que se refleja en un deterioro notable la calidad de vida.
Desde las organizaciones y organismos la concienciación social es trabajo constante, pero de igual forma, un pilar fundamental es el entendimiento político, acuerdos que unifiquen las políticas de gestión hídrica y ambiental, evitando conflictos entre zonas geográficas.
El lema de la ONU este año 2024. “Agua para la paz”, traslada un importante mensaje sobre el que reflexionar. El agua como catalizador de la armonía y no fuente de conflictos.
Fomentar conciencia de que preservar este preciado recurso es tarea de todos y cada uno de nosotros, desde esos pequeños hábitos con los que podemos contribuir, la ducha de la mañana, la reutilización del agua para diferentes fines, al trabajo de las instituciones para potenciar políticas de cooperación, inversión, innovación y mantenimiento de infraestructuras que deriven en una adecuada y sostenible gestión hídrica y medioambiental.
Y para llevar a cabo estos fines, igual o más importante es la educación en áreas como la gestión medioambiental, ingeniería civil, informática, energías renovables, automatización de sistemas y mantenimiento. En Seas Estudios Abiertos contamos con expertos que ayudan a formar profesionales en estos sectores y contribuir a formar una sociedad más especializada y adaptada.
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