Hoy en día, bien sea en nuestro puesto de trabajo, en nuestros hogares, lugares de ocio, centros comerciales, gimnasios, hospitales, bibliotecas, cines, etc. todos disfrutamos de las bondades del confort que nos proporcionan los sistemas de climatización.
Sin embargo, en ciertos momentos, cuando se averían o no funcionan correctamente nos generan descontento e insatisfacción y es aquí cuando entra en juego nuestra actitud y la de los responsables en ayudarnos.
Empezaremos por nosotros mismos. Imaginemos por un momento que en plena ola de calor se nos estropea el split de pared del salón de nuestra casa. Cada día “aguantamos menos”. Aguantamos menos el calor, el frío, y “contratiempos” de diversa índole que con facilidad solemos “dramatizar”.
No queda más remedio que asimilar que es el momento de “armarse de paciencia” y pedir “socorro” al servicio técnico desde la educación, buen tono y espíritu de colaboración.
A buen seguro que nos ayudará a “empatizar” con la empresa, a la que solicitamos sus servicios para que nos solucione el problema, saber que en “temporada alta” suelen estar sobresaturados y hartos de escuchar gritos, malas contestaciones y dramatismo a raudales en la atención telefónica.
En cuanto a la entidad que nos atiende es muy importante la puntualidad y la uniformidad.
Cada vez menos pero todavía hay técnicos que no cuidan con esmero su aspecto personal ofreciendo una pobre imagen de los especialistas en climatización.
La puntualidad y uniformidad generan de inmediato confianza en el cliente.
Y por supuesto la educación, el respeto, saber escuchar, el buen y adecuado tono en la conversación así como la diligencia nos transmiten la seguridad de que estamos más cerca de solucionar el problema y en el peor de los casos de que se persistirá hasta conseguirlo.
Es tan importante como los conocimientos y la preparación técnica para solucionar el problema ser capaces de dejar el entorno de las instalaciones tan o más limpio de lo que nos hemos encontrado.
Procurar ser precavidos y previsores para que no se derramen líquidos procedentes del circuito o de la bandeja de condensación, no manchar techos y paredes y al finalizar recoger todo vestigio de nuestro paso por la instalación.
Estos son a grandes rasgos y en líneas generales los principios y comportamientos fundamentales que generan satisfacción en los clientes y que permitirán generar mejores y duraderas relaciones comerciales.
En definitiva, no hay secretos y tenemos que ser conscientes que lo esencial es sencillo, fácil y de sentido común ofreciendo un servicio esmerado y como si de nuestra propia familia y casa se tratara.
Y por último y para terminar es muy importante ser capaces de prever revisiones periódicas de mantenimiento, en los meses en los cuales las temperaturas todavía son benignas y las empresas del sector no tienen las agendas tan apretadas, que nos permitirán anticipar posibles problemas y sobre todo realizar una puesta a punto adecuada para cuando lleguen los días más duros del verano o del invierno.
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