Muchas veces habremos oído eso de “desaprender”. No se refiere exactamente a que borremos y olvidemos algo que habíamos aprendido previamente, sino más bien a que eso aprendido no nos condicione y esclavice. Desaprender es desprogramarnos de algo que integramos en el pasado y que probablemente nos ayudó a “funcionar” bien por la vida. Sin embargo, paso el tiempo, queremos llenarnos de nuevas cosas que nos ayuden en el futuro, y es ahí donde es útil ese desaprendizaje. Indudable que para conseguirlo es necesario tener nuestra mente abierta y acompañarlo de una importante dosis de humildad, huyendo por supuesto de arrogancias inútiles.
Escuchamos muchas veces frases tales como “esto siempre se ha hecho así”, “esto me ha funcionado bien siempre” o “eso ya lo probamos hace tiempo”. El que triunfe este pensamiento en nuestro cerebro puede constituir una importante limitación a la hora de probar y aprender cosas nuevas.
Hemos de revisar qué podemos quitar, cambiar o reubicar
Una buena idea sobre qué quitar serían las palabras que perjudican tanto a los demás como a nosotros mismos. También visiones negativas de las cosas, recuerdos que nos impiden avanzar, heridas emocionales, … En su lugar, podríamos potenciar palabras que ayudan y que curan y experiencias potenciadoras que además nos dejen recuerdos positivos, por ejemplo.
También ayudará el que aceptemos errores que pudimos cometer, consiguiendo aligerar exceso de peso que llevamos en nuestras mochilas. Descubrir nuestras fortalezas, valorarnos más y dar alas a nuestros sueños también ayudarán a desaprender.
Probablemente podamos sentir que renunciamos a años de conocimientos adquiridos y experiencias. Sin embargo, se trata más bien de un filtrado, quedándonos con lo mejor. Sin duda hemos aprendido infinidad de cosas en nuestra casa, en la escuela y en nuestras ocupaciones laborales. Y parte de todo ello, aunque nos ayudó y nos sigue ayudando a sobrevivir, puede que haya dejado de hacernos felices. Siempre será positivo hacer balance y cuestionarnos qué podemos hacer para recuperar con mucha más fuerza ese sentimiento de felicidad, consiguiendo nuevos objetivos que nos llenen. El simple hecho de que miremos hacia nuestro interior ya es un paso importante en ese proceso de identificación.
No olvidemos que borrar un pensamiento requiere más valentía que inteligencia, por lo que no va a resultar fácil. Por ello, debemos ir interiorizando mensajes que sabemos pero que no solemos tener presentes en todo momento. Liderar nuestra vida es imprescindible para provocar un cambio en ella. Muy probable que tengamos fracasos en nuestro devenir. Hay que intentar ver qué aprendizaje podemos extraer de esas ocasiones en que las cosas no salen como teníamos planeado. Aunque tengamos éxitos parciales, no hay que descuidarse. Hay que disfrutarlos y celebrarlos teniendo en cuenta que nada es definitivo. También el hacernos preguntas, que a veces no tendrán respuesta, y el preguntar a los demás, ayudará. Hemos de saber escuchar y no conformarnos con oír.
En resumen, la vida es cambio y todo cambio nos proporciona aprendizaje. Aparecerá temor y desconfianza, que hemos de superar. La mirada a nuestro interior acompañada de algo de pensamiento crítico seguro que nos permitirá detectar aquello que sobra, que podemos recolocar o que debemos integrar como nuevo.
Si te ha gustado este interesante artículo, te animamos a seguirnos también en nuestras redes sociales o leer más artículos en nuestro blog. Igualmente, también puedes visitar nuestra web, para conocernos un poco más y ver nuestra oferta formativa de informática, automatización, logística, mantenimiento y otras áreas.
Especialista en optimización y control industrial. Profesor del área de Mantenimiento y Producción en SEAS, Estudios Superiores Abiertos, centro de formación online del Grupo San Valero.