En la fabricación de productos y equipos es necesario realizar ciertos test o pruebas para garantizar la seguridad y calidad. Este tipo de pruebas tienen lugar en las fábricas bajo unos controles férreos que garanticen un alto nivel de eficiencia, pero también se realizan en el terreno donde se ubican los equipos o productos.
Las pruebas FAT son clave para garantizar un buen funcionamiento, y evitar que se produzcan problemas a la hora de utilizar un producto, equipo o maquinaria determinado.
Qué son las pruebas FAT
Las pruebas FAT (Factory Acceptance Test) son aquellos test que se realizan en la propia fábrica donde se producen los artículos, y cuentan con un alto grado de exigencia. Se utilizan protocolos estrictos para realizar estas pruebas, quedando registradas para garantizar la calidad, características y prestaciones de los equipos.
Gracias a este tipo de pruebas, los fabricantes pueden aceptar si un producto cumple con los mínimos de calidad para poder salir al mercado y llegar al cliente final.
Las pruebas FAT son necesarias para garantizar que se cumplen las buenas prácticas establecidas en cada sector a nivel global, garantizando que productos, máquinas y equipos lleguen al mercado dentro de los parámetros fijados de calidad y seguridad para las personas.
Diferencias entre las pruebas FAT y SAT
Es habitual que los términos FAT y SAT se presten a confusión, ya que ambos hacen referencia a pruebas o test a productos. Como ya vimos en el punto anterior, las FAT son pruebas que se realizan en la industria, mientras que las pruebas SAT (Site Acceptance Test) son las que se realizan en la ubicación del cliente, es decir, donde se va a utilizar el equipo o producto.
Tanto las pruebas SAT como las FAT son test de validación, solo que se realizan en diferentes ubicaciones. Las SAT en el lugar de uso o funcionamiento, y las FAT en la propia fábrica dentro de su proceso productivo.
Ambos tipos de pruebas se caracterizan por un alto nivel de exigencia y minuciosidad, para garantizar la obtención de resultados precisos.
Ventajas de las pruebas FAT
Las pruebas FAT llevan tiempo siendo un elemento indispensable dentro de un proceso productivo, pues aportan muchos beneficios:
- Permiten detectar problemas que durante las fases de diseño y producción no fueron detectados.
- Facilitan la corrección de errores, evitando que llegue un producto o equipo al mercado con problemas.
- Disminuyen los costes de fabricación al optimizar todos los procesos para disminuir el número de errores. Además, conseguirán que menos equipos acaben de vuelta por un funcionamiento incorrecto o averías.
- Incrementan la calidad ofrecida al usuario final, mejorando su nivel de satisfacción con la empresa
- Aportan beneficios, tanto al cliente final, como al propio fabricante.
Las pruebas FAT y SAT por definición, persiguen el mismo objetivo, garantizar el buen funcionamiento dentro de unos parámetros definidos de calidad y seguridad. Mientras que las pruebas SAT son realizadas en la propia ubicación del equipo, las pruebas FAT son las que se realizan en la fábrica, antes de que el producto o equipo salga hacia su destino.
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