El espectacular crecimiento de dispositivos conectados a red está provocando el rápido agotamiento de las direcciones IPv4. Dentro de pocos meses se asignará la última dirección IPv4 disponible con lo que será necesario utilizar otro protocolo para que Internet siga creciendo.
Este “nuevo” protocolo ya lleva tiempo especificado. Se trata de IP en su versión 6. La mayor diferencia, aunque no la única, entre la versión 4 y la versión 6 del protocolo IP es el número de bits que utilizan para identificar a la dirección IP, mientras que IPv4 utiliza 32 bits IPv6 utiliza 128 bit.
Se supone que con estos 128 bits hay direcciones más que suficientes para no tener que volver a cambiar el protocolo de Internet.
Por desgracia esta transición no es tan sencilla como cambiar una dirección IPv4 por otra IPv6. Los ISP (proveedores de Internet) deben adaptar sus sistemas para que puedan funcionar con la “nueva” versión del protocolo. De momento más del 90% de estos operadores no tienen adaptadas sus redes.
Si los proveedores no se ponen en marcha rápidamente para implantar mecanismos para utilizar IPv6 y para su coexistencia con IPv4 no van ha tener tiempo para adaptar sus redes de forma correcta a las nuevas necesidades, con los problemas que esto puede ocasionar.
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