Los antiguos helenos acudían al Oráculo de Delphos, templo dedicado a Apolo, donde a través de una sacerdotisa, la Pitia, podían hablar con su dios y conocer aspectos de su futuro, siempre que las ofrendas le hubiesen dejado satisfecho. Este dato histórico inspiró a Theodore J. Gordon y Olaf Helmer y más adelante a Linston y Turoff a la creación de la técnica creativa conocida como Método Delphi. De lo que se trata es de juntar a una serie de expertos y mediante una discusión, que se llegue a un consenso común.
En base a un cuestionario desarrollado con un claro enfoque hacia un problema en concreto, esos expertos, siempre basándose en su experiencia y conocimientos, tratan de resolver el problema ofreciendo sus planes de acción. Una vez que se tiene la primera respuesta de todos los expertos, se prepara un nuevo cuestionario basado en las primeras impresiones recibidas y se repite el proceso. Esta iteración puede darse el número de veces que se considere necesario hasta que en la última de ellas se obtiene un resultado final. Durante todo el proceso la idea es retroalimentar a los expertos, y que todo el proceso lógico lleve a esa solución ideal del problema, y nunca mejor dicho, originada desde diferentes puntos de vista. Será el resultado de un estupendo modelo estructurado de discusión grupal, donde la sinergia de todas las partes ayuda a que se materialice un flujo ideal de información, canalizando los análisis de datos, hacia la solución del problema.
El método Delphi se basa en:
-El anonimato de los expertos participantes. Se trata de una condición importante: ninguno de los expertos ha de conocer la identidad del resto. Solamente el facilitador, como si fuese la sacerdotisa griega, conoce a todos ellos y pone en común informaciones de cada uno de ellos al resto.
–La importancia de la reformulación estructurada de preguntas hasta llegar a un consenso por parte de los expertos. Además, la reformulación final conlleva el poder formular la siguiente pregunta desde ese punto en común.
–La estadística como base matemática para la obtención de resultados. E smuy posible que sea necesario tratar datos e información, agrupando la información que se va obteniendo de las diferentes rondas de preguntas.
-La heterogeneidad de los expertos como conclave para poder disponer de diferentes puntos de vista para un único problema común.
Se suelen plantear cuatro fases bien diferenciadas en la aplicación de esta metodología:
- Primera fase: Definir parámetros. Hay que tener seleccionado el tema o problema a tratar, con el objetivo deseado. Se deberá fijar además un tiempo suficiente para desarrollar todo el proceso, que permita a los expertos reflexionar, interactuar, reformular preguntas y respuestas, teniendo en cuenta que habrá varias rondas y que todo ello pasa a través de un facilitador (nuestra “Pitia particular”)
- Segunda fase: Selección de los expertos. Hay que definir qué número de expertos consideramos necesario para poder alcanzar una información no sesgada. Además, la elección de esos expertos se debería hacer en función de sus conocimientos sobre el tema a tratar, su accesibilidad a información y su buen criterio que pueden tener y aportar en base a experiencias pasadas. A los expertos, en ocasiones se les denomina “panelistas”.
- Tercera fase: Creación de formularios. Hay que dedicar especial cuidado al tipo de preguntas que posteriormente deberán de contestar los expertos. Tendrán que estar formuladas de forma que su contestación ayude a la resolución del problema. Se recomiendas preguntas claras y concisas, cuyas respuestas se puedan tratar estadísticamente pudiendo obtener por ejemplo ponderaciones en función de número coincidencias entre los participantes. Lo ideal es enfocarnos a conseguir objetividad y concreción.
- Cuarta fase: Tratamiento de resultados: Con el trabajo estadístico de las respuestas iremos desarrollando todo el proceso hasta llegar a una respuesta que supere un porcentaje prefijado por la organización y que se considere tan significativo como para que pueda llevarse a la práctica implementándolo como una eficaz solución al problema.
- Quinta fase: Redacción de informe final: En dicho informe deberán incluirse los datos recogidos y la propuesta de resolución al problema, es decir, se explicará adecuadamente el planteamiento hecho, cómo se ha trabajado y cuál ha sido la conclusión final.
Esta metodología de trabajo presenta tanto ventajas como inconvenientes. Como puntos positivos cabe destacar la forma de enfocar el problema y las soluciones desde diferentes puntos de vista y la libertad que sienten los participantes a la hora de aportar y razonar sus aportaciones.
Con desventajas, siempre es complicado elegir a las personas adecuadas, podría ser difícil generar el compromiso necesario de todos los participantes con el proceso y, también siempre corremos el riesgo de que, por diversas razones, se “disparé” demasiado el tiempo necesario para llegar al consenso y la solución.
Será necesario probar en nuestra organización para poder valorar la efectividad de la metodología.
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Especialista en optimización y control industrial. Profesor del área de Mantenimiento y Producción en SEAS, Estudios Superiores Abiertos, centro de formación online del Grupo San Valero.