El efecto debe su nombre a unos experimentos que se llevaron a cabo en esa fábrica, Hawthorne Works, de Illinois (Estados Unidas). Entre 1924 y 1933, algunos psicólogos industriales, y entre ellos el afamado Elton Mayo, se plantearon qué hacer para aumentar la productividad de sus trabajadores. Hicieron varios cambios para qué era más efectivo. Se llevaron a cabo acciones tales como modificar los horarios de descanso, variar la duración de la jornada laboral, cambiar la forma de iluminar las zonas de trabajo además de las condiciones climáticas.
Se obtuvieron resultados que llamaron bastante la atención. Si se aclaraban las luces, la productividad aumentaba; si se aumentaba algo más la iluminación, la productividad también aumentaba. Si por el contrario se apagaban las luces hasta que la fábrica estuviera casi a oscuras, la productividad también aumentaba.
La sorpresa fue que cualquier cosa que se hiciese, aumentaba la productividad. En cambio, se introdujo una paga extra a los trabajadores y entonces descendió la productividad.
¿A qué se debía este efecto en la productividad?
Investigando sobre lo que había ocurrido se descubrió que al observar todos esos cambios, los trabajadores se habían alarmado un poco y se habían reunido entre ellos. Pensaron que si aumentaban la productividad y había paga extra, lo que ocurriría en poco tiempo era que habría despidos.
La conclusión emergió. Parecía que había una relación directa entre una observación externa y el aumento de la productividad. El que el trabajador se sienta observado era la razón real de que se aumentara el nivel de productividad.
Hay varias líneas de justificación ante este hecho, dependiendo de los expertos que han profundizado en este estudio. Los hay que concluyen que el verse como una muestra dentro de un experimento hacía que los trabajadores fueran más productivos. Otros pensaban que eran bien valorados en su trabajo por ser incluidos en el experimento, por lo que mejoraban su rendimiento probablemente como respuesta a sentirse especiales e importantes. Incluso se ha valorado que ese aumento de productividad era consecuencia de la amabilidad y saber hacer y plantear el experimento por parte de los investigadores.
Ese “buen rollo” generó ese aumento de productividad. Ese clima cálido en el que se atendía a las demandas de los trabajadores, hizo que se sintieran escuchados, generando un buen clima de comunicación y colaboración entre dirección y trabajadores. Fue en 1953 cuando se decidió dar el nombre de Efecto Hawthorne a esta respuesta tan curiosa de los trabajadores, en honor a la fábrica donde se llevó a cabo la investigación.
No está probado el efecto Hawthorne
Otros investigadores han concluido que todo es una casualidad y que es falso que al sentirnos observados mejoremos nuestra forma de trabajar.
Cabe decir que, en la actualidad, a pesar del empeño de Elton Mayo, no hay evidencias suficientes para evidenciar la existencia de este efecto como tal.
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Especialista en optimización y control industrial. Profesor del área de Mantenimiento y Producción en SEAS, Estudios Superiores Abiertos, centro de formación online del Grupo San Valero.