¿Qué se vive en tu empresa? ¿Mentalidad fija o mentalidad de crecimiento? He intentado conseguir algo importante para mí. Sabía desde el principio que no era fácil. Y finalmente, no he conseguido el objetivo. Tengo varias opciones para afrontar esa situación:
- Lo vuelvo a intentar una y otra vez. Se que puedo conseguirlo. Voy a por ello.
- Creo que me falta talento. Una vez más he fracasado y abandono.
Carol Dweck, profesora de la Universidad de Stanford, en EEUU, estuvo durante mucho tiempo estudiando lo que nos motiva, cómo influye en nuestra personalidad y cómo actuamos y determinó que respondemos a uno los siguientes patrones:
- Algunos de nosotros vemos el talento como algo que poseemos o de lo que carecemos. Respondemos a una mentalidad fija.
- Otros, apostamos por la creencia de que podemos desarrollar la inteligencia y nuestras habilidades de forma que cualquier reto pueda suponer gozo. Y si no conseguimos el objetivo, vemos el lado positivo de la situación. “Unas veces ganamos y otras aprendemos”. Responderíamos entonces a una mentalidad de crecimiento.
Alguien con mentalidad fija ve peligro en los cambios, amenazas en las dificultades, no cree que el esfuerzo le llevará al éxito (si no sale lo que quiero, es porque me falta inteligencia o habilidad), y ve en el éxito de los demás su limitación. Además, suelen molestarle las opiniones y feed back que puedan darle acerca de su “no éxito”
Por el contrario, alguien con mentalidad de crecimiento, ve retos en las dificultades, acepta que todo es cambio en la vida, agradece cualquier feed back y el que otros tengan éxito le anima a seguir luchando con esfuerzo creyendo puede conseguir también sus objetivos.
Estos enfoques tan humanos no solamente influyen en nuestra vida personal. “Lo que crees, eres” y “para crear hay que creer”. Trabajamos en organizaciones que son lo que nosotros somos. De ahí que, cada vez más, las empresas quieran rodearse de trabajadores con mentalidad de crecimiento. Con mentalidad de crecimiento se genera confianza y el “seguiremos adelante para conseguirlo” y con mentalidad fija, la confianza sufre muchísimo con el “ahora o nunca”. Y la empresa moderna apuesta cada vez más por los aprendizajes y la resiliencia.
Nuestra mente es nuestro motor. Henry Ford decía que, “si creemos que podemos, vamos a poder con la situación que se nos presente, y si creemos que no podemos, también acertaremos y no conseguiremos el objetivo”. Cualquier empresa que quiera liderar su mercado precisa de compromiso de sus empleados, valorando especialmente su capacidad de innovación y transformación. Por ello, nuestros líderes deberán ser capaces de definir las prioridades de la empresa, alinear a los trabajadores con ellas, crear cultura de feed back positivo, practicar el elogio y el reconocimiento al esfuerzo y la perseverancia, y trabajar en el crecimiento de todos sus empleados.
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Especialista en optimización y control industrial. Profesor del área de Mantenimiento y Producción en SEAS, Estudios Superiores Abiertos, centro de formación online del Grupo San Valero.