La sostenibilidad es mucho más que una moda. Se trata de una necesidad cada vez más urgente, ante las perspectivas de calentamiento global del planeta. El tiempo aprieta: esta misma semana, hemos sabido que el calentamiento global ya está cerca de los límites que fijaron los mandatarios mundiales en el Acuerdo de París suscrito hace siete años: un estudio alerta de que existe un 50% de probabilidad de que el aumento de la temperatura global supere los 1,5 grados en alguno de los próximos cinco años.
Ante la urgencia de actuar, los Estados están acelerando sus planes de descarbonización. Un ejemplo: el Parlamento Europeo acaba de aprobar el adelanto de la prohibición de los coches diésel y gasolina (es decir, los que usan combustibles fósiles) de 2040 a 2035. Además, el objetivo de reducción de emisiones en la flota de turismos para 2025 pasa de un 15% a un 20% respecto a 2021.
Dos ejemplos de tecnología sostenible
A estos ejemplos de iniciativas legislativas o a la apuesta por las energías renovables se suman las iniciativas individuales y empresariales, que también contribuyen a mitigar el impacto del cambio climático. En este sentido, las nuevas tecnologías tienen un papel esencial. Hoy vamos a fijarnos en dos tecnologías muy útiles en el sector industrial: las baterías de litio y los motores de hidrógeno.
- Las baterías de litio se han convertido en los últimos años en una fuente de energía cada vez más popular, en gran parte gracias a la reducción de su coste. Empezaron utilizándose en los teléfonos móviles y ordenadores portátiles, pero poco a poco su uso se ha extendido a todo tipo de herramientas.
Un ejemplo es el de las carretillas Toyota. Estas carretillas son de uso común en los almacenes y cada vez es más frecuente que sustituyan las tradicionales baterías de plomo ácido por baterías de litio. Las ventajas son múltiples: por ejemplo, las baterías de litio almacenan más energía ocupando menos espacio y con un peso menor, lo que da más posibilidades de diseño. Además, frente a un tiempo estimado de recarga de ocho horas en el caso de las baterías de plomo, las de litio requieren apenas una hora. Su tasa de descarga es diez veces menor, no tienen efecto memoria y su vida útil es hasta tres veces superior. Por último, las baterías reducen el impacto medioambiental de la empresa ya que provocan menos emisiones al ser una tecnología estanca. En definitiva, es una tecnología que supone un importante ahorro energético y en costes.
- El motor de hidrógeno es una tecnología más novedosa, pero a la que muchos ya apuntan como la gran revolución del futuro, especialmente en el sector de la automoción. Hay dos tipos de motores que emplean hidrógeno: los motores de combustión y los motores de conversión con pila de combustible. Nos centraremos en este último tipo, que son los que de momento se están usando en la industria. El motor de hidrógeno de conversión de pila combustible usa este elemento para producir electricidad mediante un proceso inverso a la electrólisis. El hidrógeno almacenado pasa a una pila de combustible, con un ánodo y un cátodo similar a los de una batería. De esta forma, en la pila se produce la reacción química, que genera corriente eléctrica. Este proceso es cero emisiones, porque el único residuo que produce es vapor de agua.
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