La movilidad sostenible es un tema clave en el contexto actual de lucha contra el cambio climático y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles. Entre las soluciones más destacadas se encuentran la movilidad eléctrica y la movilidad con hidrógeno. En este artículo de SEAS exploraremos en qué consisten estas dos formas de movilidad y sus principales características. ¡Vamos allá!
¿Qué es la movilidad eléctrica?
Por un lado, la movilidad eléctrica se refiere al uso de vehículos que funcionan con motores eléctricos en lugar de motores de combustión interna. Estos vehículos obtienen su energía de baterías recargables, que pueden ser cargadas a través de la red eléctrica. Estas son sus principales características:
- Cero emisiones: no emiten gases de escape, lo que los convierte en una opción ecológica y beneficiosa para reducir la contaminación atmosférica en áreas urbanas.
- Eficiencia energética: son más eficientes que los motores de combustión interna, lo que significa que convierten una mayor proporción de la energía de las baterías en movimiento.
- Mantenimiento reducido: tienen menos piezas móviles en comparación con los vehículos tradicionales, lo que reduce el desgaste y la necesidad de mantenimiento.
- Carga en casa: se puede cargar las baterías en casa, utilizando una toma de corriente estándar o una estación de carga específica. Esto proporciona una gran comodidad y flexibilidad para los propietarios.
- Reducción de ruido: son mucho más silenciosos que los motores de combustión interna, lo que contribuye a una menor contaminación acústica en las ciudades y mejora la calidad de vida de los habitantes.
¿Qué es la movilidad con hidrógeno?
Por otro lado, la movilidad con hidrógeno implica el uso de vehículos que funcionan con pilas de combustible de hidrógeno. Estas pilas generan electricidad a través de una reacción química entre el hidrógeno almacenado en el vehículo y el oxígeno del aire, produciendo solo agua como subproducto. Estas son sus características:
- Emisiones cero: Al igual que los vehículos eléctricos, los vehículos de hidrógeno no emiten gases contaminantes. El único subproducto de la reacción en la pila de combustible es agua, lo que los convierte en una opción extremadamente limpia.
- Rápida recarga: es comparable al de los vehículos de combustión interna. Llenar un tanque de hidrógeno puede tomar solo unos minutos, en contraste con las horas que pueden requerir los vehículos eléctricos.
- Alcance extendido: suelen tener un mayor alcance que muchos eléctricos actuales, lo que los hace adecuados para viajes largos y aplicaciones comerciales donde la autonomía es un factor crítico.
- Versatilidad de producción: el hidrógeno puede producirse a partir de diversas fuentes, incluidas las renovables, mediante procesos como la electrólisis del agua. Esto ofrece la posibilidad de generar hidrógeno de manera sostenible y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
- Infraestructura emergente: aunque la infraestructura de estaciones de hidrógeno está menos desarrollada que la de carga eléctrica, está en expansión.
En conclusión, tanto la movilidad eléctrica como la movilidad con hidrógeno representan alternativas prometedoras y complementarias a los vehículos tradicionales de combustión interna. En el caso de que te atraiga el mundo de la movilidad sostenible, puede que te interese el Experto Universitario de Movilidad Eléctrica y con Hidrógeno de SEAS. ¡Infórmate sin compromiso!
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