El sector del transporte es el responsable de más de un tercio de la energía final, según fuentes del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), supone un 37.44% del consumo final y es el responsable directo del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs)
El concepto de eficiencia energética que la que la mayoría de las personas tenemos, está ligado únicamente a la reducción del consumo eléctrico. Nos mentalizamos más en la mejora de la eficiencia a través de la reducción del consumo eléctrico por aspecto económicos, dada la importancia que la factura eléctrica supone en la economía doméstica, comercial o industrial. Pero dejamos de lado el problema de fondo que es que el peso que el sector del transporte tiene en la dependencia energética de España es del 80%.
Recientemente el Ministerio de Energía y Turismo ha aprobado el cuarto Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE-4) Real Decreto 830/2013, el objetivo de este plan es la renovación de unos 70.000 vehículos.
Dentro de las ayudas se encuentran los vehículos eléctricos e híbridos, pero también los vehículos térmicos convencionales y no convencionales, aquellos que emplean los Gases licuados del petróleo (GLP) con unas menores emisiones a la atmósfera. En el siguiente enlace de la página web del IDAE, se puede consultar el listado de todos los modelos y su categoría dentro de la clasificación para optar a la ayuda.
Los resultados en los últimos meses marcan un aumento de las matriculaciones de los Vehículos eléctricos (VE) frente a una disminución de los Vehículos eléctricos híbridos (VEH), pero el impacto del vehículo eléctrico sobre el parque automovilístico es bajo.
La principal causa de esta baja penetración en el sector es el precio de estos vehículos que frente a los convencionales, supone un hándicap importante, pero tiene unas serie de ventajas.
Si el usuario final es capaz de analizar sus necesidades de movilidad y las pone como variables dentro de la toma de decisiones a la hora de adquirir un vehículo nuevo, pueden hacerle cambiar de opinión.
Las más importantes son:
- Es un medio de transporte silencioso.
- Casi inexistente necesidad de mantenimiento.
- Los costes por kilómetro oscilan entre 0.5€ y 1,5€/100 km muy inferiores comparados con el consumo de un coche de gasolina o diesel.
- 0 % emisiones locales, durante su uso, lo que reduciría considerablemente las emisiones dentro de los entornos urbanos.
- Recuperación de energía en desaceleraciones y frenadas, mejorando la eficiencia.
- La mayoría de los desplazamientos que se realizan en entornos urbanos son recorridos cortos, donde estos vehículos ofrecen un mejor funcionamiento y rendimiento.
Los objetivos medioambientales marcados por Euro para el 2020, fijan unas restricciones muy importantes dentro de las emisiones de CO2, de ahí la importancia de reducir en uno de los principales causantes como es el sector del transporte.
Para ello, muchas ciudades están realizando planes de movilidad sostenibles y fomentando el uso de los vehículos más respetuosos con el medioambiente. Muestra de ello es Zaragoza, que el pasado 30 de octubre del 2013 presentó su candidatura a Capital Verde Europea para el 2016.
Autor: Víctor Manuel Cañadas
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