El urbanismo de los últimos 70 años nos han enfermado. Literalmente. La expansión sin control en las grandes (y no tan grandes) urbes ha generado que la población tenga que tomar largos trayectos para llegar hasta puntos estratégicos de las ciudades para cualquier necesidad o derecho básico como la salud o el trabajo. Este modelo ha resultado en una economía centralizada, generando que la gente utilice hasta 4 o más horas de su día en sólo transportarse. Esto, a su vez, se traduce en estrés e inconformidad. De esta problemática es de donde nace en 2016, el concepto de Ciudades de 15 Minutos.
Carlos Moreno, reconocido urbanista e investigador colombiano, fue el responsable de introducir este concepto revolucionario en el mundo de la urbanización.
Este modelo urbano propone reconfigurar la vida cotidiana en áreas específicas para que los residentes puedan satisfacer la mayoría de sus necesidades básicas a poca distancia de sus hogares, a través de un diseño accesible y sostenible.
A pesar de que hoy en día pudiera sonar como algo lógico y esperado de la construcción de una ciudad, en su momento Moreno fue tachado de idealista. Sin embargo, la pandemia del 2020 demostró la eficacia que esto tendría, así como el beneficio para la población al tener más tiempo libre por no desplazarse grandes distancias para realizar sus actividades (aún y con el transporte público más eficaz que pudiera existir)
¿Cómo es una Ciudad de 15 Minutos?
El principio fundamental detrás de las Ciudades de 15 Minutos es simple pero profundo: reorganizar el entorno urbano para que las personas puedan acceder a servicios esenciales tales como salud, educación, trabajo y recreación. Esto dentro de un radio de 15 minutos a pie o en bicicleta desde su hogar.
Este enfoque innovador busca reducir la dependencia del automóvil, promover la movilidad sostenible y mejorar la calidad de vida de los habitantes urbanos.
La idea de las Ciudades de 15 Minutos no se centra únicamente en la proximidad geográfica, sino que también implica la creación de espacios seguros, agradables y socialmente inclusivos. Busca fomentar un ambiente urbano donde las personas puedan vivir, trabajar, socializar y disfrutar de su tiempo libre sin la necesidad de largos desplazamientos o congestionamientos viales.
Moreno propone la descentralización de servicios públicos y comerciales, junto con la promoción de áreas verdes y espacios abiertos, lo que impulsa un cambio hacia comunidades más conectadas y sostenibles.
Las Ciudades de 15 Minutos tienen el potencial de mejorar la eficiencia energética, reducir la contaminación y disminuir el estrés asociado con los largos desplazamientos diarios. Además, este modelo podría ayudar a enfrentar los desafíos de la desigualdad social al proporcionar una distribución más equitativa de servicios y oportunidades en el entorno urbano.
Varias ciudades alrededor del mundo ya están experimentando con esta idea innovadora. París, por ejemplo, ha adoptado este enfoque en su plan de desarrollo urbano, con la intención de descentralizar servicios y crear vecindarios más autosuficientes. Otros lugares, como Barcelona, Montreal y Portland, también están explorando implementaciones similares para transformar la vida urbana.
El arcoiris de la proximidad
La manera en la que Moreno ataca esta problemática en conjunto con las ciudades que visita, es mediante el arcoiris de la proximidad.
Como su nombre lo indica, se trata de designar un color para 6 áreas especiales:
- Trabajo
- Vivienda
- Salud
- Educación
- Esparcimiento
- Abastecimiento
Y posteriormente identificarlas en un mapa de la ciudad. De ahí, visualmente podremos darnos cuenta de lo dividida que puede encontrarse una zona y la razón por la que la gente debe desplazarse largas distancias.
Una vez identificados, es momento de recrear la ciudad y tratar de mezclar dichos colores, para así ofrecer servicios más cercanos.
Ciudades de 15 Minutos en Latinoamérica
A pesar de sus beneficios evidentes, la aplicación de las Ciudades de 15 Minutos enfrenta desafíos. Reconfigurar áreas urbanas existentes y cambiar los patrones de movilidad requerirá tiempo, inversión y una planificación cuidadosa.
Además, es esencial involucrar a la comunidad en el proceso de diseño y adaptar las soluciones a las necesidades locales y culturales de cada ciudad.
Otros expertos comentan la dificultad de adaptar este modelo a zonas existentes, especialmente en grandes manchas urbanas como las asiáticas, estadounidenses y, en efecto, latinoamericanas. Ciudad de México es un ejemplo de lo complicado que se ha tornado el entorno para sus habitantes.
Sin embargo, no todo está perdido. Zonas en Buenos Aires, Argentina han demostrado ser un caso de éxito adaptado al concepto de Ciudad de 15 Minutos.
Si a esta innovación, enfocada a la sustentabilidad, le agregamos un toque tecnológico, podríamos tener ciudades inteligentes que faciliten la vida de quienes habitamos en ellas. La comodidad de uniría con la eficacia y la utopía se haría realidad.
Si bien es un trabajo que requerirá de muchos años para hacerse notar, el trabajo ha comenzado ya.
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