Turnitin es, en palabras de sus propios creadores, “el líder mundial en la prevención del plagio y en la generación de comentarios constructivos y pertinentes”. Desarrollado por cuatro estudiantes de posgrado de la Universidad de Berkeley (EE.UU.), Turnitin es el software antiplagio más prestigioso y utilizado por los centros educativos de todo el mundo.
Con un funcionamiento relativamente simple, Turnitin permite comparar los trabajos de los alumnos con los textos incluidos en la extensa base de datos del programa en sí para, a continuación, ofrecer al profesor o al propio alumno un análisis detallado de aquellas partes del trabajo en las que se han apreciado indicios de plagio, junto con un cálculo porcentual del texto plagiado con respecto al total del ejercicio. Una vez el profesor tiene estos datos, dependerá de su sentido común decidir si un porcentaje elevado de texto “copiado” se considera plagio o no.
Para ello, el usuario puede configurar Turnitin para que descarte citas textuales, un número variable de palabras que son susceptibles de aparecer juntas, etc. También puede descartar texto de forma manual, para evitar que el programa reconozca como plagio, por ejemplo, los enunciados de cada ejercicio.
Entre las ventajas de Turnitin se encuentra la capacidad del programa para incluir en su base de datos todos aquellos ejercicios previamente subidos por los distintos usuarios, pudiendo así identificar no sólo un texto plagiado de Internet, sino un texto copiado de otro idéntico subido en años anteriores, una práctica habitual entre los alumnos más "pícaros", especialmente en lo que respecta a la enseñanza superior. Además, ofrece la posibilidad de hacer anotaciones o correcciones “prefabricadas”, lo que también puede facilitar y acelerar el proceso de corrección de un ejercicio, ahorrando así al profesor un tiempo precioso.
Sin embargo, Turnitin también tiene sus fallos. El reputado blogger Enrique Dans comentaba de forma crítica que la base de datos de Turnitin “no es gran cosa cuando la comparamos con las más de un billón de páginas que existen en la red, además de que en la base de datos no se incluyan populares páginas de acceso mediante pago o contraseña como las del New York Times, Wall Street Journal u otras".
Aunque me permito poner en duda que un alumno que pretende plagiar un trabajo vaya a molestarse en pagar o registrarse en una de las webs citadas por Dans, lo cierto es que en general no le falta razón. A esto podemos añadir la relativa inexperiencia de una amplia mayoría del profesorado en cuanto al uso de este tipo de herramientas, lo que puede dar lugar a que se conformen con calificar de acuerdo al porcentaje ofrecido por Turnitin, sin pararse a considerar las variables y excepciones que pueden darse a lo largo del texto (no tener en cuenta las citas textuales bien referenciadas, o los enunciados de los trabajos, etc.) y sin utilizar el sentido común, imprescindible para un uso eficiente del programa. También podría citar los problemas que da Turnitin en otros navegadores que no sean Google Chrome…
En cualquier caso, si se utiliza con suficiente criterio, no cabe duda de que Turnitin puede ser una herramienta poderosa para el profesor en su lucha diaria contra la picaresca del alumnado y un buen apoyo a la hora de identificar, valorar y calificar los ejercicios “dudosos”.
Post publicado por: David Esteban
Licenciado en Filología Inglesa. Master en Traducción e Interpretación Inglesa. Máster en Marketing y Comunicación. Profesor en el área de idiomas en SEAS. Coordinador de los cursos del área de marketing digital, recursos humanos y protocolo. Puedes visitar su perfil en LinkedIn.