Siempre se ha dicho que ser padre no es fácil y no existe un manual de instrucciones que ayude a ser buenos padres. Los niños nacidos en estos últimos quince años, conocidos como la generación Z, están creciendo en un mundo digital de forma que poseen una estructura mental totalmente diferente al resto de las últimas generaciones. Están rodeados de ordenadores, móviles, cámaras digitales de forma muy natural no teniendo que adaptarse a las nuevas tecnologías como las generaciones anteriores, las cuales hemos visto surgir estos aparatos y los hemos “adoptado” a nuestra forma de vivir.
Ello está planteando una nueva situación, es decir, por primera vez los hijos saben más que los padres, no obstante el estudio de estas situaciones junto con el sentido común por parte de los padres está permitiendo que no se incurran en graves errores.
Durante la niñez los padres han de imponer unas normas que permitirán a los niños tener un referente en su comportamiento y junto con el afecto y la responsabilidad conseguirá que sean capaces en el futuro de tomar sus propias decisiones superando las dificultades que les surjan.
Si existen normas para el desarrollo del niño, también pueden existir una serie de normas de comportamiento digital. En este ámbito, la misión de los padres consistirá en informar sobre lo que es peligroso y lo que no, enseñarán a que no faciliten datos a nadie ni datos personales ni familiares a extraños en la red, para así evitar engaños, amenazas, extorsiones… Mediante el juego inculcarán el buen uso de las TIC y aunque en ocasiones provoque una dura batalla entre niños y padres, permitiendo a largo plazo que estos tengan una ventana abierta al mundo.
Ya en la adolescencia encuentran en las redes sociales dos necesidades prioritarias en su vida, la manera de relacionarse y de entretenerse, lo cual preocupa a la sociedad en general y a los padres en particular. La interrelación de los adolescentes a través de las redes sociales ha roto con la imagen de un chico o una chica aislada, creando un encuentro entre ellos utilizando las tecnologías para mantener las relaciones que ya tienen convirtiéndolas en relaciones más sinceras. Con mucha naturalidad han logrado que se extienda el consumo a través de la red, bien de forma subversiva haciendo uso de tecnología gratuita, bien marcando pautas de vestir, gustos musicales, movimientos reivindicativos, etc.…en el resto de la sociedad.
Pero ¿qué sucederá de aquí en adelante? La respuesta es imprevisible pero seguro que al igual que ha sucedido en las últimas décadas, se avanzará trabajando e incentivando a las nuevas generaciones.
Sólo el tiempo dirá si somos capaces de llevar de una manera equilibrada nuestra vida social en persona y mediante las redes sociales o si, por el contrario, cada vez se producen más paradojas, es decir, jóvenes interconectados con el mundo entero desde la soledad de su habitación.
Post publicado por: Laura Jiménez
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