La evolución constante de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), junto a la aparición de nuevas y más complejas formas de utilización de las mismas, ofrecen una clara oportunidad para expandirse en los diferentes mercados económico/laborales. Con las nuevas tecnologías, conseguimos que nuestro propio trabajo sea de carácter más productivo y de un claro y alto rendimiento.
Una empresa que invierte en las TIC, asume algunos riesgos debido a la importante inversión que en algunos casos supone. Esto puede llegar a poner en peligro la existencia de la empresa si la inversión no es correcta. Cuando la inversión se realiza correctamente, los resultados pueden aportar valores óptimos para el desarrollo del negocio.
Los elementos básicos más empleados actualmente son:
El correo electrónico, mail. Permite enviar todo tipo de información, así como facilita la interconexión entre empresas y cliente para compartir información, publicidad, etc.
Las páginas web. Los clientes de una empresa pueden conocer la filosofía de cualquier empresa sin necesidad de tener que acceder a cantidad de pliegos escritos. Es un medio más ágil, atractivo y directo.
El sistema de gestión de clientes (CRM). Proporciona un historial más amplio de los clientes, así como aporta un mejor conocimiento de su perfil para optimizar ventas.
Existen otros muchos recursos que actualmente se están empleando con éxito para la publicitación de las empresas, blogs, redes sociales (Twitter y Facebook principalmente), etc.
En el siguiente informe que se ofrece en la web expansión, se pueden observar la comparativa del uso de las TIC en las empresas en función del número de empleados.
El adecuado rendimiento para que un empleado optimice la utilización de las TIC, se traduce en una correcta formación en dicho ámbito. Hoy por hoy, podemos definir la formación como la capacitación adquirida a través del aprendizaje. Sin una buena formación, no se puede hacer uso de ningún recurso necesario para desarrollar una actividad profesional. Con la formación se pretende mejorar las actitudes y aptitudes idóneas para desempeñar el puesto de trabajo.
En todas las empresas debe haber un plan estratégico de formación dirigido a mejorar la cualificación con la que cuenta el personal, ya sea en el inicio de su profesión o durante ella, mediante la formación continua. Esta formación mejorará las expectativas y objetivos en el mercado laboral de cualquier empresa. Por tanto, es importante ser sabedores de la importancia de la formación continua en el aporte de beneficios tanto para la empresa como para los empleados. Una acción formativa correcta y adaptada al puesto de trabajo, permitirá un índice de valoración superior a otras empresas que, o arriesgan e invierten en formación, o quedan ancladas sin ver la necesidad de avanzar tecnológicamente.
Post publicado por: Mercedes Blas
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