Las principales urbes del mundo están dando pasos hacia una movilidad más sostenible, una tendencia que aleja a los coches de las principales arterías y da más protagonismo a otro tipo de transporte. Bajo este enfoque, las bicicletas se postulan como la mejor herramienta para moverse en la ciudad, y, con más profundidad, los modelos de bicis eléctricas han ganado protagonismo gracias a su capacidad para combinar velocidad y sostenibilidad.
El uso de la bicicleta eléctrica es cada vez más común entre una sociedad que ha visto en este medio de transporte el conjunto de valores que definirán las relaciones de movilidad urbanas del futuro. El público está cada vez más concienciado con la cuestión medioambiental y eso se ha traducido, a nivel administrativo, en la limitación de la circulación de los coches por el centro de las principales ciudades. Desde las instituciones se promueve el uso del transporte público o de la bicicleta, un medio que ha ganado muchos adeptos durante los últimos años y que tiene en sus modelos eléctricos el mejor ejemplo del cambio de paradigma de la sociedad.
La buena acogida de la bicicleta eléctrica se debe a diferentes factores. Por un lado, es un vehículo cómodo que permite desplazarse de forma sencilla, con un funcionamiento muy intuitivo que está preparado para todo tipo de públicos. Alcanza la velocidad adecuada para desplazarse de forma rápida y manteniendo unos altos niveles de seguridad. En muchos casos, es más rápido moverse con una bicicleta eléctrica que con un coche o en transporte público. Estos vehículos llegan a alcanzar los 25 kilómetros por hora, mientras que la velocidad medida en hora punta en la M30 de Madrid es de 22 kilómetros por hora. A ello se suma la mayor facilidad que tiene, en comparación con el resto de vehículos, para moverse por los carriles habilitados para bicis.
Otro argumento a favor de las bicicletas eléctricas es el factor funcional. Los modelos más recientes han reducido los tiempos de carga y han aumentado la autonomía de la batería que permite desplazamientos de larga duración. El sistema de carga es muy sencillo, pues solo es necesario conectar el vehículo a la corriente eléctrica. Durante la noche se puede cargar la bicicleta que se usará durante el día siguiente. Además, los precios de mercado se están adaptando a la creciente demanda de los ciudadanos y se ha convertido en un producto al alcance de todos los públicos. El coste de mantenimiento es mucho menor que el de cualquier otro vehículo y sale más económico utilizar bicicleta eléctrica que el metro o el autobús para desplazamientos por ciudad.
A estos factores se suma el componente medioambiental, que es, sin duda, el gran valor de este vehículo. Su etiqueta de cero emisiones mantiene un absoluto respeto por el futuro de la sostenibilidad del planeta. Ciudades que durante décadas han tenido a los coches como los protagonistas, prácticamente únicos, de sus arterias; ven en las bicicletas eléctricas una gran dosis de oxígeno que les permite mirar al futuro con optimismo.
Los grandes concesionarios se apuntan a un mercado en auge
La venta de bicicletas eléctricas en España no ha parado de crecer en los últimos años. Durante el 2019, cada día se vendieron en nuestro país más de 300 unidades de bicicletas eléctricas, una cifra que en solo dos años ha aumentado por encima del 50%. A día de hoy, las llamadas ‘ebikes’ agrupan más del 10% del volumen total del mercado. Estos modelos han dinamizado económicamente al sector, pues su coste añadido ha permitido aumentar la facturación. No obstante, España todavía está lejos de otros países europeos con más tradición del uso de la bicicleta en zona urbana. Si en España apenas se vende una unidad por cada cien mil habitantes, esta cifra llega a 16 en el caso de Holanda, país pionero en el uso de este vehículo.
Este auge de las bicicletas eléctricas ha llamado la atención de las principales marcas de la automoción, que se han subido al tren con el objetivo de hacerse un hueco en este sector. Firmas como BMW, Peugeot, Land Rover, Audi o Kia han potenciado su trabajo para comercializar sus propios modelos de bicicletas eléctricas, que en ocasiones tratan de ofrecerlas como complementos a los coches.
Al igual que otros sectores del automóvil, el de las bicicletas eléctricas destaca por su variedad. El público tiene acceso a muchos modelos que se diferencian por la potencia del motor, las pulgadas de los neumáticos o el tamaño del vehículo. Los modelos más sofisiticados ofrecen al conductor la posibilidad de alterar las condiciones de conducción mediante una aplicación que se conecta con la bici. Tecnología, transporte y sostenibilidad se combinan para ofrecer un producto muy exitoso que puede marcar un antes y un después en las relaciones de movilidad urbana.
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Fernanda - sistema nom 035
27 enero, 2021 at 6:50 pmTodos los días entro al sitio para leer sus blogs, simplemente perfectos.