Acostumbrados a que, constantemente, se hable de ordenadores, tablets y Smartphone me ha sorprendido encontrar lo que podría ser el original del actual libro electrónico.
Ángela Ruiz Robles fue la creadora de la Enciclopedia Mecánica y hoy le podríamos considerar como la precursora del libro digital.
Nació en un pueblo de León en 1895 y pasó, prácticamente, toda su vida en Ferrol. Maestra de formación, personalidad inquieta, inventó, escribió libros, fundó su propia academia y se dedicó a prestar ayuda a las personas más necesitadas.
La misma autora explicaba el funcionamiento:
“Abierta, consta de dos partes. En la de la izquierda lleva una serie de abecedarios automáticos, en todos los idiomas: con una ligerísima presión sobre un pulsador se presentan las letras que se deseen, formando palabras, frases, lección o tema y toda clase de escritos. En la parte superior de los abecedarios lleva a la derecha una bobina con toda clase de dibujo lineal, y en la de la izquierda otra con dibujo de adorno y figura. En la parte inferior de los abecedarios, un plástico para escribir, operar o dibujar. En la parte interior, un estuche para guardar asignaturas. En la parte de la derecha van las asignaturas, pasando por debajo de una lámina transparente e irrompible, pudiendo llevar la propiedad de aumentos, pueden ser estos libros luminosos e iluminados para poder leerlos sin luz. A la derecha e izquierda de la parte por donde pasan las materias lleva dos bobinas, donde se colocar los libros que se desee leer en cualquier idioma; por un movimiento de los misma van pasando todos los temas, haciendo las paradas que se quieran o queda recogido. Las bobinas son automáticas y puede desplazarse del estuche de la Enciclopedia y extenderse, quedando toda la asignatura a la vista; puede estar sobre una mesa (como los libros actuales) o perpendicular, facilitando comodidad al lector, evitando con ello gran número de esfuerzos intelectuales y físicos. Todas las piezas son recambiables. Cerrado, queda del tamaño de un libro corriente y de facilísimo manejo. Para autores y editores el coste de sus obras se aminora considerablemente, por no necesitar ni pasta ni encuadernado y queda impresa de una tirada, o cada una de sus parte (si consta de varias), resultando este procedimiento un bien general.”
Lo que pretendía Ángela, además de liberar a sus alumnos del peso en sus carteras, era facilitar la adaptación de los contenidos según necesidades, enseñar en diferentes idiomas, apoyar el aprendizaje con sonido y facilitar la lectura en la oscuridad, ya que la enciclopedia mecánica poseía una luz en el interior.
Una mente, la de esta mujer, avanzada para su época tanto desde el punto de vista tecnológico como pedagógico que defendió la enseñanza individualizada y la atención a la diversidad.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81ngela_Ruiz_Robles
Post publicado por: Rosa Domínguez
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felix
29 marzo, 2016 at 2:22 ammaravilloso invento adelantado, muy adelantado a su +epoca, así son mos los inventores…