La nueva revisión de la norma ISO 14001, publicada en septiembre del 2105, nos introduce en algo que en el mundo de la gestión ya es algo “viejo”, nos introduce en la gestión por procesos.
Esta gestión por procesos, hace que las normas ISO 9001 e ISO 14001 pasen ahora a ser perfectamente compatibles entre sí, situación que hasta ahora no estaba tan claramente definida, debido a que la ISO 14001 tomaba en la práctica a la empresa como un ente oscuro, en la cual pasaban cosas interiormente, pero que no eran responsabilidad de la norma, a no ser que impactara en el exterior.
Esta filosofía ha cambiado totalmente, el introducir la gestión ambiental en cada uno de los procesos de la organización nos ayuda a tener una visión más clara de los aspectos e impactos propios de cada una de las fases de la organización.
Desde el punto de vista operativo, la ISO 14001 también ha aportado algo al mundo de la ISO 9001. La visión de la gestión basada en riesgos.
Gestión basada en riesgos
Hasta ahora, la ISO 9001 no había hablado nunca del factor riesgo, es decir, la gestión se asumía como optima y no era necesario contabilizar posibles problemas, en el caso de que ocurrieran, el propio sistema los detectaría y pondría remedio.
Esta visión excesivamente optimista, se ha demostrado con los años que no ha sido eficaz, y que ha producido que las empresas tuvieran que ir apagando fuegos por situaciones no planificadas y que hubieran sido fácilmente subsanables si se hubieran tenido en cuenta desde un principio. Esto es lo que aporta la ISO 14001 a la ISO 9001, una visión preventiva que hace que los sistemas sean mas sólidos frente a posibles situaciones de crisis.
Aunque ninguna de las normas, ni la ISO 14001 ni la 9001 nos obligan ni nos hablan de un sistema evaluativo u otro, parece cada vez más claro que la práctica totalidad de las empresas se están volcando a realizar un análisis de riesgos basado en la metodología AMFE (Análisis Modal de Fallos y Efectos).
Esta metodología se está extendiendo de manera general por varias razones:
- Ampliamente contrastada (lleva usándose desde los años 60-70)
- Metodología de análisis tanto a procesos, productos como sistemas
- Sencillez relativa de cumplir con la misma, estableciendo un método más o menos aceptado a nivel internacional.
Todo esto hace de esta metodología de análisis de riesgos, si no la mejor, si la más extendida, y por lo tanto la más usada.
Estas son las principales aportaciones de cada norma a la otra, pero hay más, las cuales podremos encontrar en los temarios de las asignaturas y en futuros post de este blog.
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