En los últimos años hay un material que está copando muchas portadas y sobresale en proyección de entre todos los demás. Este material es denominado, oficialmente desde 1994, como ‘grafeno’. Está llamado a revolucionar la industria electrónica, informática, y muchas otras debido a sus sorprendentes propiedades.
En primer lugar, se trataría del primer material bidimensional, es decir, el primero puede ser considerado como un plano, ya que, el ‘grosor’ de este plano puede ser de tan solo un átomo. Pese a esa capacidad de delgadez, es doscientas veces más resistente que el acero, siendo además un muy buen material conductor de la electricidad y del calor.
Podemos empezar a sospechar que las posibilidades son infinitas. Además, es un material que se puede dopar muy fácilmente con otros materiales, adquiriendo parte de sus propiedades. Así, seremos capaces de obtener sistemas electrónicos más rápidos, fiables, resistentes, portátiles y eficientes en no mucho tiempo.
Con este material podemos aplicar muchos conocimientos de la nanotecnología, ya que las escalas que se manejan son increíblemente pequeñas.
Con materiales así, solo cabe dejarnos sorprender de lo que la comunidad científica sea capaz de crear para nuestro desarrollo y disfrute a máximos niveles. Imagina un brazalete de papel transparente puesto en tu muñeca. Este brazalete tiene unos dígitos que representan la hora, la temperatura en ese momento, etc. Sin pilas ni baterías. En el momento que te desabrochas el brazalete, lo extiendes, convirtiéndose en un móvil-pda de alta velocidad. Sigues caminando y entras en el coche, lo colocas en un soporte sobre el salpicadero, ¿y qué vemos? Pues que nuestro antiguo ‘brazalete’ está haciendo las veces de GPS.
Esta tecnológica historia puede estar más cerca de lo que pensamos si se impulsa la investigación de este material que, lejos de ser prometedor, se ha convertido en inspirador. La prueba de la importancia que pudiera tener en el presente siglo se ha ratificado con la concesión en 2010 del Premio Nobel de Física a Andre Geim y Konstantin Novoselov por sus revolucionarios descubrimientos sobre el material bidimensional. Sin duda, uno de los mayores hitos en ingeniería de materiales que se recuerdan.
Post publicado por: Laura Jimenez
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