Los materiales no metálicos desempeñan un papel esencial en diversos sectores, desde la construcción hasta la electrónica y la manufactura de bienes de consumo. A diferencia de los metales, estos materiales no poseen alta conductividad eléctrica ni térmica, pero presentan características únicas que los hacen ideales para distintas aplicaciones. En este artículo de SEAS te explicamos cinco propiedades fundamentales de los materiales no metálicos. ¡Vamos allá!
Baja conductividad térmica y eléctrica
Una de las principales diferencias entre los materiales metálicos y los no metálicos es su baja conductividad térmica y eléctrica. Los materiales no metálicos, como los polímeros, cerámicas y vidrios, son excelentes aislantes, lo que los hace ideales para aplicaciones donde se requiere reducir la transferencia de calor o evitar el paso de electricidad.
Un buen ejemplo de aplicación son los plásticos utilizados en el recubrimiento de cables eléctricos, que evitan cortocircuitos y protegen a los usuarios de descargas eléctricas.
Resistencia química y a la corrosión
Otra de las propiedades de los materiales no metálicos es que suelen tener una gran resistencia a la corrosión y a los productos químicos agresivos. A diferencia de los metales, que pueden oxidarse o corroerse con el tiempo, muchos polímeros, cerámicas y vidrios mantienen su estructura y propiedades incluso en entornos altamente corrosivos.
Un buen uso pueden ser los tanques de almacenamiento de productos químicos fabricados en polímeros como el polietileno, que resisten ácidos y sustancias corrosivas sin deteriorarse.
Baja densidad y ligereza
Los materiales no metálicos, en general, tienen una menor densidad que los metales, lo que los hace más ligeros. Esta propiedad es clave en industrias como la aeroespacial y la automoción, donde la reducción de peso mejora la eficiencia energética y el rendimiento de los vehículos y aeronaves.
Por ejemplo, esta característica la aprovechan los compuestos de fibra de carbono que se utilizan en la fabricación de piezas de automóviles y aviones debido a su alta resistencia y bajo peso.
Facilidad de conformado y procesamiento
Muchos materiales no metálicos son más fáciles de moldear y procesar que los metales. Los polímeros, por ejemplo, pueden ser moldeados mediante procesos como inyección, extrusión o termoformado, lo que permite fabricar piezas de manera rápida y eficiente.
En la industria del embalaje, por ejemplo, los plásticos se moldean fácilmente para crear envases ligeros, resistentes y económicos.
Baja resistencia mecánica (en comparación con los metales)
Aunque algunos materiales no metálicos, como ciertas cerámicas y compuestos reforzados, pueden tener una alta resistencia mecánica, en general, los materiales no metálicos no soportan cargas tan elevadas como los metales. Sin embargo, su combinación con otros materiales puede mejorar sus propiedades mecánicas.
Esto se ve claramente en la construcción, donde los paneles de fibra de vidrio se combinan con resinas para formar materiales estructurales ligeros pero resistentes.
En definitiva, las propiedades de los materiales no metálicos más destacadas son la resistencia química, el aislamiento térmico y eléctrico, la ligereza y la facilidad de conformado. Con el avance de la tecnología, nuevos materiales compuestos y polímeros avanzados continúan expandiendo sus posibilidades de uso. Y si quieres aprender más sobre esto y otros temas de diseño mecánico, el Máster de Formación Permanente en Diseño Mecánico y Producción con CAD-CAM-CAE de SEAS te está esperando. ¡Infórmate sin compromiso!

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