En los últimos años, los vehículos eléctricos han ganado popularidad como una alternativa sostenible a los vehículos de combustión interna. En este artículo de SEAS te explicamos cómo funcionan los vehículos eléctricos y destacaremos las principales ventajas que ofrecen. ¡Sigue leyendo!
¿Cómo funcionan los vehículos eléctricos?
Los vehículos eléctricos funcionan mediante un sistema que utiliza electricidad almacenada en baterías recargables para alimentar un motor eléctrico. A diferencia de los vehículos tradicionales, que dependen de un motor de combustión interna que quema gasolina o diésel para generar movimiento, los vehículos eléctricos obtienen su energía directamente de la batería, eliminando la necesidad de combustibles fósiles. La electricidad almacenada en la batería se convierte en energía cinética a través del motor eléctrico, que impulsa las ruedas del vehículo.
El corazón de un vehículo eléctrico es su batería, generalmente una batería de iones de litio, que es recargable y tiene una alta densidad de energía, lo que permite una mayor autonomía. Cuando el conductor presiona el pedal del acelerador, la batería suministra energía al motor eléctrico, que convierte la electricidad en movimiento. Además, muchos vehículos eléctricos están equipados con sistemas de frenado regenerativo, que permiten recuperar parte de la energía durante las frenadas y recargar la batería, aumentando así la eficiencia general del vehículo.
Principales ventajas de los vehículos eléctricos
Estas son las principales ventajas de los vehículos eléctricos:
- Cero emisiones directas: no producen emisiones de escape, lo que significa que no liberan dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno ni partículas en suspensión al medioambiente.
- Menos gasto: suelen ser más económicos de usar que los vehículos de combustión interna. La electricidad es generalmente más barata que los combustibles fósiles, y además, los vehículos eléctricos tienen menos piezas móviles, lo que reduce los gastos de mantenimiento y reparación. Además, no requieren cambios de aceite, ni tienen sistemas de escape o transmisión complejos, lo que se traduce en un menor desgaste y menores gastos a lo largo del tiempo.
- Eficiencia energética: un motor eléctrico convierte aproximadamente el 85-90% de la energía de la batería en movimiento, mientras que un motor de combustión interna solo convierte alrededor del 20-30% de la energía del combustible en movimiento, perdiendo el resto en forma de calor.
- Funcionamiento silencioso: son notablemente más silenciosos que los vehículos de combustión interna. Al no tener un motor que quema combustible y produce explosiones internas, los vehículos eléctricos generan mucho menos ruido. Esto no solo mejora la experiencia de conducción, sino que también contribuye a reducir la contaminación acústica en las ciudades.
- Incentivos y ventajas fiscales: En muchos países, los gobiernos ofrecen incentivos fiscales, subvenciones y exenciones de impuestos para promover la adopción de vehículos eléctricos.
En resumen, los vehículos eléctricos representan una tecnología clave para el futuro de la movilidad sostenible. Su funcionamiento, basado en la electricidad y la eficiencia energética, junto con sus múltiples ventajas, los posiciona como una alternativa prometedora a los vehículos tradicionales. Y si te gustaría dedicarte profesionalmente a este sector, puede que te interese el Experto Universitario de Movilidad Eléctrica y con Hidrógeno de SEAS. ¡Échale un vistazo!
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