La inteligencia artificial (comúnmente abreviado como IA) ha dejado de ser una mera idea futurista para convertirse en una realidad que puede transformar radicalmente el ámbito educativo. Esta tecnología promete mejorar la calidad de la educación, fomentar la inclusión, prevenir el abandono escolar y facilitar la labor de los docentes.
Sin embargo, es importante preguntarnos si estamos preparados para aprovechar plenamente el potencial de la IA en el sistema educativo, especialmente en un país como México donde datos de la UNESCO corroboran que el modelo utilizado hasta la fecha, no termina por cubrir el aprendizaje básico de los alumnos.
El reto de la IA en México
La IA, en esencia, es la capacidad de resolver problemas y aprender sin intervención humana directa. Aunque aún se encuentra en sus etapas iniciales en el ámbito educativo, figuras destacadas como Bill Gates sugieren que en los próximos cinco a diez años, la IA revolucionará la forma en que enseñamos y aprendemos en todo el mundo.
Para asegurarnos de no quedarnos rezagados en esta tendencia, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha investigado los campos de aplicación de la IA en la educación y los beneficios que conlleva su incorporación. Con base en su análisis, ha llegado a la conclusión de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) necesita establecer una ruta clara y diseñar políticas oportunas para que México pueda aprovechar plenamente la IA en el ámbito educativo.
Sin embargo, el camino hacia la integración exitosa de la IA en las aulas presenta desafíos significativos. Uno de ellos es el acceso equitativo a herramientas de IA en todo el país.
Las desigualdades regionales son evidentes en México, sobre todo en el sur, donde la conectividad y el acceso a la tecnología siguen siendo limitados en comparación con las regiones del norte. Esta disparidad podría agravar aún más las problemáticas ya existentes en el sistema educativo de estados como Chiapas y Oaxaca, donde estadísticamente 3 de cada 10 escuelas cuentan con computadoras y sólo 1 de cada 10, acceso a internet.
Para que la inteligencia artificial sea efectiva en la educación, es fundamental capacitar a los docentes en el conocimiento y uso de las aplicaciones de la Inteligencia Artificial. Esto requiere una estrategia integral diseñada en colaboración con expertos y organismos internacionales que incluya tanto a los maestros como a los estudiantes en el nuevo modelo educativo.
La inversión en conectividad en las aulas también es esencial para garantizar que las tecnologías de IA puedan utilizarse adecuadamente. Esto sin duda indica que la inversión gubernamental en materia de educación deberá aumentar sí o sí. Asimismo, es crucial asegurar que se satisfagan las necesidades básicas para el funcionamiento efectivo de estas herramientas.
A pesar de los desafíos, es importante evitar respuestas apresuradas y prohibiciones que limiten el potencial de la IA en la educación. Como es el caso que ha ocurrido con la prohibición de ChatGPT en varias instituciones.
En lugar de ello, y hablando de la educación básica, debemos enfocarnos en proponer problemas y enfoques de aprendizaje que motiven a los estudiantes a participar activamente en la tarea de aprender. Esto implica conectar el aprendizaje con su interés en el mundo que les rodea y fomentar una formación ética y rigurosa en la producción y apropiación del conocimiento.
Si hablamos de estudiantes mayores, ya sea de preparatoria o bien, trabajadores que deseen incursionar en nuevos cursos o diplomados que les permiten seguir escalando en su vida laboral, es un poco más sencillo conseguir la interacción honesta con la Inteligencia Artificial. Esto debido a que ya existe un interés previo sobre lo que se va a estudiar. Sin embargo, agregar dósis de práctica a la teoría le dará un plus de motivación al estudiante.
La IA representa oportunidad de mejora en la educación en México
Para aprovechar plenamente su potencial, necesitamos una estrategia integral, capacitación docente y una inversión adecuada en infraestructura.
Solo así podremos garantizar una educación de calidad, inclusiva y adaptada a los desafíos del siglo XXI para niñas, niños, jóvenes y adultos. El futuro de la educación está en nuestras manos, y es momento de prepararnos para la revolución de la inteligencia artificial en el aula.
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