El acrónimo en ingles VUCA surgió tras la guerra fría cuando los soldados americanos describían el escenario mundial resultante con los términos de “Volatility”, “Uncertainty”, “Complexity” y ”Ambiguity”
Traduciendo a nuestro idioma cada uno de ellos, veamos en qué consisten:
- La volatilidad hace referencia los continuos cambios que se dan a nuestro alrededor, además con una gran velocidad.
- La incertidumbre se refiere a esa dificultad, cada vez más habitual, para poder predecir lo que va a ocurrir en función de lo ya ocurrido.
- El término complejidad describe esa dificultad añadida a los dos conceptos anteriores para entender las relaciones causa-efecto en lo que va ocurriendo.
- Y por último, la ambigüedad se refiere lo complejo que nos resulta, añadido a todo lo anterior, el comprender las relaciones entre los diferentes elementos que se dan en un hecho.
Por tanto, no cabe duda que vivir en un entorno VUCA es complicado. Y la empresa también indudablemente vive en entornos VUCA, lo cual se convierte en un reto importante. Sin embargo, esa aparente hostilidad puede convertirse en un conjunto muy interesante de oportunidades si nos enfocamos correctamente.
La empresa actual que quiera mantenerse en un entorno VUCA precisa de un perfil de líder que sea capaz de afrontar la situación con calma y sangre fría. Deberá gestionar a la perfección el eustrés (estrés positivo) y proporcionar conocimiento al resto de componentes de la compañía.
La tecnología y su acelerado cambio en nuestros días es parte del origen de un entorno VUCA. Es por ello que será imprescindible gestionar de forma correcta la trasformación digital.
Un entorno VUCA genera también un elevado número de desafíos de forma continuada. Deberemos ser capaces de superar ese inconveniente revertiendo en lo posible la situación ya que además de constituir un problema, enfrentarnos a un entorno VUCA también representa una oportunidad.
Si conseguimos que el personal de nuestra empresa sea capaz de adaptarse al cambio de una forma natural y habitual, ahí podrá residir esa ventaja competitiva que nos diferenciará del resto ya que seremos capaces de renovarnos a una velocidad muy superior a la que llevan nuestros competidores.
Y no solo esto. La resiliencia, el optimismo, una visión holística, el desarrollo de habilidades sociales y la aceptación van a ser también claves fundamentales para prosperar en un ambiente tan cambiante.
En definitiva, ¿por qué no aprovecharnos de este cambio continuo, incierto, complejo y ambiguo?
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Especialista en optimización y control industrial. Profesor del área de Mantenimiento y Producción en SEAS, Estudios Superiores Abiertos, centro de formación online del Grupo San Valero.