Según Ellen Hendriksen, famosa psicóloga autora de Cómo ser tú mismo, todos tenemos en el cerebro una pequeña zona muy sensible a posibles comentarios que no nos gustan. No necesariamente críticas hirientes y destructivas, sino también a simples mensajes que difieren de lo que queremos escuchar.
Deberíamos tener en cuenta que a veces nos critican el trabajo que hemos desarrollado o algún comportamiento que hemos mostrado en un momento determinado y no siempre va acompañado de mala intención. Incluso puede que ese comentario surja de forma nada premeditada por parte del que lo emite. Nuestra tendencia natural es hacernos los “suecos” o el atacar. En ambas situaciones es habitual que aparezca una pequeña o gran dosis de dolor.
Debemos aprender a superar las críticas
Dado que nos va a ocurrir durante toda nuestra vida, deberíamos aprender a sobrellevar lo mejor posible una retroalimentación negativa sin que lo tomemos necesariamente como algo personal. Ellen Hendriksen propone que debemos desarrollar resistencia sin que a la vez nuestro corazón endurezca. Nos aconseja que consideremos en primer lugar de dónde viene la crítica y quién es el que la vierte. No será igual un jefe que un amigo, o un familiar que un conductor nos acaba de adelantar en una vía pública. Tampoco va a ser lo mismo que nos la emitan desde el cariño a que sea por medio de gritos.
El segundo consejo que propone Ellen Hendriksen en su libro es que demos nuevas oportunidades a quienes nos critican, por supuesto en número limitado, porque es humano equivocarse y un momento malo lo tiene cualquiera, y quizás sea este el caso de la persona que nos ha hecho ese comentario que no nos ha gustado.
Mejorar la capacidad de aguantar mejor una crítica
Como siempre, necesitamos cambiar y la persona más adecuada para cambiarnos somos nosotros mismos. Y algo podemos hacer, por supuesto.
Debemos aceptar que la crítica se ha producido. Importante ser consciente de ello. Posiblemente nos ha hecho daño, pero enfadarse, como respuesta automatizada inmediata, no nos conduce a algo positivo. Quizás deberíamos pensar en el contenido del mensaje crítico y no en si se debió producir. Es importante revisar nuestro perfeccionismo y cómo lo gestionamos. Quizás la crítica no fuera para tanto. Podemos hacer dos cosas: cambiar ese nivel de perfeccionismo o trabajar en lo que nos han criticado para adecuarlo mejor a las necesidades. Y no suele ser bueno recrear de forma indefinida lo que ocurrió e imaginar posibles respuestas que se pudieron dar en ese momento. Pueden aparecer posibles fantasías de venganza que van a condicionar totalmente nuestra futura relación con la persona que emitió la crítica.
Hay que darle utilidad a la crítica
Quizás, en definitiva, ante una crítica que no nos guste, en lugar de acogerla como algo totalmente negativo, podríamos darle la “vuelta a la tortilla” y actuar de forma consciente, de forma que sea útil para nosotros. Podemos seguir tomándonoslo como algo personal, pero enfocándolo a dar como respuesta lo mejor de nosotros mismos, haciendo que nuestro compromiso aumente con aquello que hicimos y que parece que no fue del todo acertado, para hacerlo mucho mejor en una proxima ocasión.
Si te ha gustado este interesante artículo, te animamos a seguirnos también en nuestras redes sociales o leer más artículos en nuestro blog. Igualmente, también puedes visitar nuestra web, para conocernos un poco más y ver nuestra oferta formativa de informática, automatización, logística, mantenimiento y otras áreas.
Especialista en optimización y control industrial. Profesor del área de Mantenimiento y Producción en SEAS, Estudios Superiores Abiertos, centro de formación online del Grupo San Valero.