La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció en 1982 la existencia del Síndrome del Edificio Enfermo, SEE, (Sick Buildings Sindrome). A pesar de este nombre, no es el edifico el que enferma realmente, sino que son sus habitantes quienes ven alterada su salud. El origen del problema reside en el mal estado del edificio y, si se da el caso de que más de un 20% de quienes lo habitan o trabajan en el mismo, se ven afectados por determinadas alteraciones, se considera que nos encontramos con este síndrome.
Aunque la forma de hablar con respecto a este síndrome pueda llamar mucho la atención, se considera que hay edificios temporalmente enfermos y edificios permanentemente enfermos. Los primeros se corresponden con nueva construcción y edificios de reciente remodelación y la duración de los síntomas es temporal despareciendo transcurrido un tiempo. En los segundos, las molestias perduran en el tiempo, aunque se hayan implantado mejoras en el edificio.
Según datos de la OMS, se estima que hasta un 30% de edificios modernos están afectados por este síndrome. En la actualidad hay una clara tendencia a construir “edificios inteligentes” con el fin de ahorrar energía. Se tiende al uso de estructuras de alto asilamiento con respecto al exterior, impidiendo una adecuada ventilación. Si a ello añadimos ordenadores, electrodomésticos, fotocopiadoras, … y la utilización de materiales tales como amianto, radón, o asbesto en la construcción o productos desinfectantes para la limpieza, parece que la situación se agrava un poco más.
Quizás lo de menos es el dióxido de carbono que generan las personas que pasan su tiempo en el interior, sobre todo si fuman, que no desaparece debido a la falta de ventilación. Si pasamos entre el 80 y el 90 por ciento de nuestro tiempo dentro de ambientes cerrados, puede que tengamos un ambiente interior entre 2 y 5 veces más nocivo que en el exterior, a pesar de que vivamos en emplazamientos altamente contaminados.
También hay evidencias de que la electricidad estática, una baja humedad relativa o el uso de mobiliario metálico influyen en que este síndrome aparezca.
Edificio Enfermo en el ámbito doméstico
En el ámbito de los domicilios particulares parece que, si el edificio no tiene una buena ventilación, se multiplica el riesgo de aparición de hongos, como consecuencia de un potencial mayor grado de humedad, pudiendo aparecer en sus habitantes neumonitis por hipersensibilidad. Tampoco es recomendable seguir la costumbre de tender la colada en el interior de nuestra casa, porque, además, se contribuye al incremento de síntomas de alergia respecto a los ácaros del polvo y a la multiplicación de esporas de moho, Todo ello puede generar problemas pulmonares de importancia.
Las principales afecciones en los habitantes de un edificio enfermo son numerosas. Jaqueca, irritación en ojos y garganta, fatiga, piel seca, náuseas, secreciones, rinitis, …
Las soluciones recomendadas para mitigar y solucionar el problema están principalmente dirigidas a mejorar la calidad del aire, además de la eliminación de esos materiales utilizados en construcción y decoración que se consideran generadores del síndrome. Identificar los focos para reducir su efecto, equilibrar la presión en el interior del edificio, revisar periódicamente los sistemas de ventilación, calefacción y aire acondicionado, evitar la presencia de olores en el ambiente, mantener niveles adecuados de humedad relativa y temperatura, compartimentar por zonas el edifico de forma que queden separadas zonas con maquinaria del resto si se trata de un centro de trabajo, etc.
Edificio Enfermo en el ámbito industrial
Si nos fijamos en el ámbito industrial, parece claro que los efectos del síndrome del edificio interno también van a influir en la productividad de las empresas. De ahí la recomendación de no olvidar este aspecto tan importante para que la salud de nuestros trabajadores no se resienta, con lo que ello conlleva. Luchemos contra el edificio enfermo para que sus moradores no enfermen.
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Especialista en optimización y control industrial. Profesor del área de Mantenimiento y Producción en SEAS, Estudios Superiores Abiertos, centro de formación online del Grupo San Valero.