Cualquier trabajador japonés sabe que pocos elogios recibirá en su lugar de trabajo, aunque llegue a desarrollar su trabajo con total perfección.
En Japón las normas de conducta sabemos que son muy diferentes a Occidente y allí un feed-back positivo es muy improbable de recibir. De hecho, hasta no hace demasiado tiempo, ni había una palabra dentro de su idioma que pudiera traducirse por feed-back. Se tiende a aplicar, por sistema, el curioso principio que consiste en que, si no te dicen nada, es que lo estás haciendo bien. Otra cosa es que hagamos mal nuestro trabajo. Entonces si que nos lo van a hacer notar y además, si demasiados miramientos.
Por lo general, quien nos corregirá será alguien con mayor autoridad que la que podamos ostentar nosotros y, además, tendrá mayor edad. Y si somos japoneses, eso impone mucho y lo aceptaremos sin rechistar.
Qué es fidobakku
Esa nueva palabra que viene a significar feed back es fidobakku, aunque en la realidad pocas sean las ocasiones en que se lleve a efecto. Hay una tendencia en los jefes japoneses a mantener un férreo control sobre todo lo que hacen, han hecho o van a hacer sus empleados. Recibe el nombre de hou-ren-sou y ello supone que se debe estar constantemente enviando correos electrónicos a los superiores para informar de cuando hacen una parada para beberse un café, cuándo dejan de trabajar para irse a comer o en qué grado de terminación se queda una tarea que deben hacer y entregar en breve.
¿Y cuál suele ser la actitud más habitual de un trabajador japonés?
Pues probablemente un comportamiento muy alejado a lo que podemos ver como normal en nuestros trabajos occidentales. Agachar la cabeza, aceptar sin rechistar todo lo que se les diga, obedecer y no ofrecer alternativas para no correr riesgos innecesarios.
La costumbre occidental de mantener entrevistas de forma periódica entre jefe y empleado para evaluar rendimiento tampoco es una práctica que se vea habitualmente en las empresas japonesas. Esa posible evaluación, junto con la búsqueda de soluciones para problemas relacionados con el trabajo, como mucho, se lleva a cabo de una forma bien distinta. Nomikai es esa forma de hacerlo y consiste en que empleados y jefe se van de copas, bebiendo hasta muy tarde grandes cantidades de alcohol.
¿Cómo sabe un japonés que está trabajando bien?
Simplemente que tu responsable directo no te pregunte si vas bien con las tareas, y que mientras pasen los años, el trabajador siga en la misma empresa. Si recibe ascensos es que su trabajo se puede considerar excelente, … aunque no se lo dirán nunca.
Lo que nunca va a ser acertado, al menos por el momento, es que delante de un equipo de trabajo se haga un reconocimiento público a la labor desarrollada por uno de sus miembros. El aludido desconfiará de su propio desempeño porque no está acostumbrado a ello, pensando que hay algo no claro detrás de ese elogio, ya que, al fin y al cabo, se supone que deben trabajar y hacer bien las tareas. ¿Qué mérito tiene eso? Y el resto del equipo comenzará a desconfiar en él.
Y es que se trata de un tema cultural muy, pero que muy arraigado. Seguro que, en nuestro lugar de trabajo, o bien a nuestros jefes, o a nosotros mismos si lo somos, se nos ha pedido en alguna ocasión que hagamos una lista de 10 cosas positivas de cada uno de nuestros colaboradores. Aunque en algún caso pueda costarnos, lo haremos perfectamente. Parece ser que los jefes japoneses escasamente son capaces de proponer tres o cuatro.
Situación actual del trabajo en Japón
Es por toto ello, que muchas consultorías americanas están trabajando con directivos japoneses, ayudándoles a occidentalizar la forma de dirigir a sus equipos. Con la globalización y las corporaciones multinacionales, de alguna forma hay que hacer un justo medio entre lo oriental y lo occidental para salir reforzado en este mercado tan competitivo en el que nos movemos.
Aunque poco a poco están cambiando las cosas, visto lo visto, es normal que muchos occidentales desplazados a Japón y que ocupan puestos directivos en grandes empresas se encuentren grandes dificultades para desarrollar su trabajo.
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Especialista en optimización y control industrial. Profesor del área de Mantenimiento y Producción en SEAS, Estudios Superiores Abiertos, centro de formación online del Grupo San Valero.